Mi búsqueda
Quiero empezar por decir que este es un texto prescindible. Tal vez no lo sea para mí. Así empieza mi historia.
No tengo la menor idea de dónde acabarán estas palabras, quién las leerá, qué efecto tendrán. A día de hoy, de lo único que estoy realmente seguro es de una desesperada necesidad de comunicarme, de sincerarme, que ha ido creciendo con los años. Siento que no he podido hacer nada por evitarlo.
Abrí esta página con la tímida y humilde intención de dejar una huella de mi pasado, de ser útil a otros y a mí mismo. Hay demasiado ruido y confusión en el mundo. No parece que vaya más que en aumento.
Una parte de mí no quiere disolverse en el vacío de la discordia y la ignorancia. Por dentro, puedo sentir, más cierto y firme que nada en mi constitución como individuo, esa inapelable ignorancia, de no saber lo que se sabe, de no estar seguro ni poder estarlo y, más aún, de estar siempre expuesto a que otro te desenmascare y te reduzca a lo que eres. Otro ignorante como él.
Ignorante de lo más importante, de lo que más nos importa y nos compete. Quiénes somos. Por qué estamos aquí. Sé que suena repetitivo y que quizá esas palabras no signifiquen nada hoy en día o hayan perdido su significado original. Pero es así, y no de ninguna otra manera, cómo me siento, lo que quiero expresar.
Tengo una idea de cómo he llegado hasta aquí desde que nací, por dentro y por fuera. Es decir, para mí mismo y para otros. La memoria son palabras e imágenes que están y al mismo tiempo no están, pues son invisibles, y podemos traerlas al pensamiento siempre que nos sea posible. En este sentido, quizá solo en este, el pensamiento es libre. No se puede pensar en lo que no se sabe. Por lo tanto, sólo pensamos lo que sabemos. "...Pues es lo mismo pensar y ser" nos dice Parménides en su poema.
Estoy escribiendo porque busco el sentido de mi propia vida. No he encontrado otra manera de afrontarlo, ninguna mejor. Aquí, escribiendo estas palabras ahora, noto la valiosa intimidad que necesito para conectar con mi esencia. Conectar. Volver a mí mismo. Retornar del caos de lo disperso. Recomponerme y recogerme de lo que no tiene salvación ni solución. Pues el caos solo es condena, descontrol.
